Páginas

lunes, 2 de mayo de 2011

Descansa en paz, Faby!

Tu frase favorita: "Dios, si es que existes salva mi alma...si es que tengo"

Tu sentido del humor: "Los japoneses no miran...sospechan"

Me duele tu muerte, me duele la angustia en tu mirada cuando te recuerdo, me duele la tristeza de tu voz cuando platicábamos, cuando me contabas, me duele toda esa gente que no supo o no quiso darte su apoyo y su confianza que te hiciera sentir mejor, no haber podido darte el apoyo y confianza que necesitabas, haber sido tibio, débil, miedoso, cara de palo, sobrio.

Me duele la timidez con que esperabas un abrazo, la fragilidad que no supe creerte, y la tibieza torpe con que rechazabas una caricia juguetona y desconsiderada.

Me duele tu vida perdida, tu sonrisa extraviada, tu alegría huérfana buscando placeres extraños para recuperar algún sentido a estar viva, tu cuerpo pequeño y bien formado y tus ojitos perturbados, tu mirada maliciosa queriendo ser más mala que un osito de peluche.
 
Tu inteligencia sin rumbo, tu eficiencia, tu lealtad, tu obediencia, ¡pequeña! Tu rostro doloroso en el féretro, tu foto, las flores, la injusticia, tu juventud olvidada. Solo necesitabas amigos, jugar, sonreír, tener con quién contar. Hay flores tan frágiles que uno no sabe cuidar.

¡Te extrañaré!